sábado, 24 de julio de 2010

LA CALLE LIBERTAD

El origen de la ciudad de Chihuahua comienza con el descubrimiento de las cercanas minas y fundación de la población de Santa Eulalia en 1652 por el capitán español Diego del Castillo, sin embargo; debido al clima y los constantes ataques de los indígenas la explotación se suspendió y fue hasta que en 1707, se hicieron descubrimientos mineros de mayor riqueza, lo que llevó al inmediato poblamiento de Santa Eulalia y a su prosperidad.

Sin embargo, Santa Eulalia está situada en medio de una serranía y lo difícil del terreno obstaculizó la construcción y expansión de la ciudad; debido a ello, cuando en 1709 el gobernador de la Nueva Vizcaya, Antonio de Deza y Ulloa, con la instrucción de fundar la cabecera del Real de Minas visitó la población, resolvió convocar a 16 vecinos notables (mineros, comerciantes, funcionarios de gobierno y sacerdotes) para resolver con ellos la conveniencia de constituir a la propia Santa Eulalia en la cabecera del Real de Minas o de fundar para ellos una nueva población en el cercano valle donde confluían los ríos Chuviscar y Sacramento.

El 12 de octubre de 1709 se llevó a cabo la votación sobre la fundación del Real de Minas, ocho de ellos se manifestaron por que se situara en la propia Santa Eulalia, mientras los ocho restantes lo hicieron por la fundación en el valle, ante el empate, el gobernador Deza y Ulloa intervino con su voto de calidad manifestándose por la fundación de la población en el valle de la junta de los ríos, de esta manera se considera a esa fecha como la fundación oficial de Chihuahua y a Antonio Deza y Ulloa como su fundador. El nuevo Real de Minas fue fundado con el nombre de Real de Minas de San Francisco de Cuéllar en honor del entonces Virrey de la Nueva España, Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, 10mo. Duque de Alburquerque y Marqués de Cuéllar.

El crecimiento del Real de Minas, impulsado por las minas y actividad de las haciendas que lo rodeaban continuó durante la colonia; debido a ello el 1 de octubre de 1718, se erige al Real de San Francisco de Cuéllar en Villa, con el nombre de San Felipe el Real de Chihuahua; San Felipe en honor al rey Felipe V de España y siendo utilizado por primera vez el nombre de Chihuahua.

En este mismo año inicia la traza importante de las calles de la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua. Todas las Villas en el Siglo XVIII nacían con una plaza y un campanario. Los ángulos imaginarios de la plaza de armas sirvieron como base para empezar la traza de la ciudad de Chihuahua.

El primer plano que se tiene de la ciudad está ubicado en el año de 1722 con la misma traza que tenemos actualmente.



Las denominaciones de las calles, atendían a determinado acontecimiento, persona o accidente geográfico. La calle Libertad, es de las más antiguas de la ciudad y aparece por primera vez en esta traza de 1722. En el plano se muestra la vía como parte fundamental de la Villa de San Felipe El Real; un documento único de la época colonial en el que se destaca la mencionada calle.

La calle Libertad, que inicia en el boulevard Díaz Ordaz y llega hasta la calle 27 (Gómez Morín), adoptó oficialmente el nombre hasta 1895, cuando se estableció la nomenclatura y se definieron las colonias y barrios de la capital. De acuerdo al plano hecho por don Enrique Barchesqui, que data de 1860, la Libertad estaba seccionada en seis nombres distintos y no existía el trayecto entre Vicente Guerrero y Venustiano Carranza, dado que lo ocupaba el antiguo Colegio Jesuita de Nuestra Señora de Loreto.

En lo que corresponde al Díaz Ordaz, antes arroyo La Canoa por donde se construyó una acequia para conducir el agua hasta la hacienda de sacar plata del Sargento Mayor Juan Antonio Trasviña y Retes, hasta la Décima se denominaba calle del Perico o de la Canoa; de esta última a la Ocampo la denominación era calle de los Matanceros; de la calle Ocampo a la Cuarta era conocida como de la Botica Antigua o la plazuela de Trasviña (hoy plaza merino) .En el tramo de la Cuarta a la Quinta se denominaba ya como Libertad o calle de la Elvira (porque alli se estableció con un pequeño comercio doña Elvira Fernández de la Estrella). De la calle Quinta hacia la Vicente Guerrero el nombre era calle del Colegio, de ahí hasta la Venustiano Carranza era el espacio que ocupaban precisamente las instalaciones del Colegio Jesuita y por último en la sección que se forma desde ahí hasta el templo de San Francisco adoptaba el nombre calle del Templo. La calle se extendió hasta la 27, conocida también como Gómez Morín. De los nombres, de acuerdo al texto de Francisco R. Almada "Guía Historia de la Ciudad de Chihuahua", se menciona el año de 1895 cuando el nombre de calle Libertad quedó impuesto a la totalidad de la vía por mandato del Ayuntamiento que aprobó la nomenclatura actual. Cabe resaltar que antes de ello los nombres los asignaban los vecinos de cada una de las calles de acuerdo a los negocios o lugares distintivos de la zona. Así pues, llegó a llamarse la calle Del Ángel, Del Santísimo, de La Trinidad, Del Correo, de La Aduana, etc.

A principios del siglo XX la calle libertad era un corredor de fincas señoriales construidas en los últimos años de la época colonial. Eran edificios de uno o dos pisos, con fachadas talladas en cantera, con los zaguanes grandes característicos de ese tiempo; con sus portales y ventanas de madera y detalladas. Ya en el siglo XX los faroles alumbraban el paso por la Libertad, sin embargo eran ya parte de la modernidad que alcanzó la Villa con el alumbrado público eléctrico ya que antes se usaban lámparas de manteca y aceite. Con el paso del tiempo la calle se ha transformado y a trescientos años de la fundación de la ciudad de Chihuahua es un importante corredor comercial, turístico y que muestra parte de la cultura de sus habitantes. Todavía para 1911 las aceras de la calle Libertad estaban arboladas con especies de ornato, hasta que en el mes de octubre de ese año los comerciantes que ahí estaban establecidos acordaron que se retiraran.


Al estar en el Centro de la capital y ser ruta de llegada tanto para el templo de San Francisco, como la iglesia parroquial, hoy Catedral, y los Arcos del Ayuntamiento, la hicieron convertirse en el corredor comercial por excelencia. Tiendas como La Francia Marítima, los bancos del Comercio, Comercial Refaccionario, Minero, El Hotel Hilton y otros establecimientos fueron algunos de los que se establecieron en esa calle que se llenó de renombre. La Libertad o Líber, como se conoce el tramo entre la Vicente Guerrero y la Independencia, se convirtió en el principal corredor comercial para los chihuahuenses.

Los edificios más importantes de la zona son:

El Templo de San Francisco: una obra que se concluyó en el año de 1741 y que aún sigue en pie, es uno de los más representativos del Centro y parte de la Historia nacional. En ese lugar se depositó el cuerpo del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, luego de su fusilamiento y decapitación, hasta su exhumación y traslado a la Ciudad de México.

Museo Casa Chihuahua: El Museo Casa Chihuahua, edificio que fue del Antiguo Colegio Jesuita, además de Palacio Federal y Oficina de Correos, cuya construcción inició en el año 1718.

Palacio de Gobierno: El edificio del Palacio de Gobierno, desde el cual despacha el Poder Ejecutivo, se construyó a partir del año de 1881 y fue inaugurado con el segundo piso terminado el 1892.

Catedral: La Catedral Metropolitana, además de ser el máximo recinto de la fe de los chihuahuenses, es una obra arquitectónica que se edificó durante la época de la Colonia, cuando en 1725 se aprobó su construcción.

Plaza Merino: La Plaza Merino, antes llamada de la Horca, Trasviña y Retes, y Uranga, recién remodelada por el Municipio de Chihuahua durante este mes de marzo.

Palacio Municipal: El costado del Palacio Municipal que da a la calle Libertad cobra relevancia puesto que fue el primer recinto del Congreso Constituyente, en el año de 1824.

Plaza de Armas: Frente a la Catedral, la Plaza de Armas es una de las que más historia tiene en la capital y es el centro de reunión de decenas de chihuahuenses diariamente.

Plaza Mayor: La Plaza Mayor es el espacio en el que se colocó el Ángel de la Libertad y la Rotonda de los Chihuahuenses Ilustres, que se construyó entre los años 2003 y el 2004.

lunes, 28 de junio de 2010

EL TEATRO DE LOS HÉROES


El antiguo teatro de los héroes de Chihuahua inició su construcción en el año de 1898 y fue inaugurado en el 1 de septiembre de 1901. Fue una construcción de tipo victoriano que competía con los mejores y más grandes teatros de la México del siglo XIX, tenía una capacidad para 5000 personas y en el se presentaban eventos culturales, así como algunos de relevancia política durante La Revolución Mexicana.

En este teatro fue el funeral de Abraham González Casavantes Gobernador de Chihuahua que fue asesinado por las fuerzas leales a Victoriano Huerta el 6 de marzo de 1913 durante la Revolución Mexicana. Tiempo después el coronel Fernando González y González, bajo las órdenes directas de Francisco Villa, recobró sus restos, regresándolos a la ciudad de Chihuahua, donde le dieron un funeral con los máximos honores de un héroe revolucionario, velando sus restos en el teatro de los héroes.

En éste teatro fue sentenciado a la pena capital el General Felipe Ángeles, quien fuera brazo derecho del General Francisco Villa durante la Revolución, siendo fusilado en ésta ciudad el 26 de noviembre de 1919.

El teatro de los héroes fue destruido por un incendio en 17 de julio de 1955. Aunque los últimos años fueron de franca decadencia, y pese a que estaba convertido en cine de ínfima categoría, seguía dando cabida a la presentación de grupos locales. No obstante su lamentable estado, el Teatro era símbolo del esplendor pasado y su desaparición dejó una gran tristeza y un enorme vacío que otros espacios trataron de llenar, pero que no fue cubierto por un recinto idóneo sino 25 años después, cuando se inauguró el nuevo Teatro de los Héroes.

Manuel Bernardo Aguirre, quien había asumido la gubernatura del Estado en octubre de 1974, asignó al Departamento de Comunicaciones y Obras Públicas la construcción de instalaciones para albergar el creciente número de oficinas de Gobierno. Fue así que se construyó el edificio Héroes de la Reforma (fotografía a la izquierda), en los terrenos que había ocupado el antiguo Teatro de los Héroes.


Pero al mismo tiempo en que se cancelaba la posibilidad de reedificar el Teatro en su lugar original, Manuel Bernardo decidió construir, en el norte de la ciudad, un nuevo y moderno Teatro, que dispusiera de amplios espacios para estacionamiento.

El lugar elegido estaba muy cercano al cruce de dos avenidas importantes: Universidad y División del Norte, donde se encontraba Los Laureles, la residencia del gobernador en turno que tenía jardines, una nogalera, casetas de vigilancia y una amplia área deportiva con un frontón muy grande.

Los policías rurales, a caballo, atravesaban con frecuencia esos espacios, para dirigirse a su cuartel, detrás del frontón, en donde además de sus habitaciones contaban con un área destinada a caballeriza, ahí tenían también algunos avestruces.

A mediados de 1978, cuando faltaban poco más de dos años para que concluyera su gobierno, Manuel Bernardo encargó al equipo del ingeniero Rigoberto Porras Morales, jefe del Departamento de Obras Públicas, que prepara el proyecto para la construcción del Teatro en el área contigua a Los Laureles, donde los jóvenes jugaban football en unas canchas que colindaban con la Ciudad Deportiva y el área de la Universidad. El 30 de septiembre de 1980 Manuel Bernardo Aguirre rindió en el cine Colonial su VI y último informe como gobernador. En él señaló que, después de 25 años, la capital del estado volvía a disponer de un teatro que contaba con los más modernos adelantos de la técnica teatral. Al teatro principal se agregaban dos teatros más (el de Cámara y al aire libre). El conjunto, al cual se denominó Complejo Cultural y Artístico Teatro de los Héroes, disponía de un estacionamiento para 300 vehículos y estaba rodeado de áreas verdes,. Tuvo un costo de 120 millones de pesos.


El Teatro de los Héroes se inauguró con la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Sergio Cárdenas, la noche del jueves 2 de octubre de 1980, unas horas antes de que Manuel Bernardo Aguirre entregara la gubernatura a Oscar Ornelas.

(actual teatro de los héroes)

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